La oración cambia las cosas. Aunque la
respuesta de Dios sea un “no” o un “después”, no hay cosa más reconfortante que
la oración de fe. Y si esto es así, ¿por qué para muchos cristianos resulta tan
difícil adoptar una rutina de oración?
A continuación una lista de 10 excusas para no
orar.
1. “Estoy demasiado
ocupado!”
(Jesús tuvo un ministerio lleno de horario,
pero hizo tiempo para orar.)
2. “Yo no sé cómo hacerlo
bien.”
(¿Y si sólo tratas de hablar con Dios como si
fuera un amigo?)
3. “No funciona de todos
modos.”
(No fue así como Jesús o la iglesia primitiva
trataron.)
4. “La oración sólo nos cambia a
nosotros, no las situaciones.”
(¿Quién te dijo eso? ¡Cambia los dos!)
5. “No sueno bien cuando
oro”.
(La verdadera oración es una expresión del
corazón, no un concurso de oratoria).
6. “Prefiero leer la Biblia más que
orar.”
(Sin los dos sólo es una conversación de una
vía)
7. “Dios no me toma en
serio.”
(Sí, sobre todo si no hablas con él. ¡Empieza
ahora!)
8. “Se siente raro”.
(Lo mismo sucede con la piel de una piña, pero
sabe muy bien.)
9. “La gente puede burlarse de mí si
me ven orar.”
(¡Bien! La persecución fortalece Mateo
5:11-12)
10. “Yo no sé por dónde
empezar.”
(¿Qué tal si comienzas con la oración del Señor
?)
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