miércoles, 16 de noviembre de 2011
Bethel Tv me llevó al Señor”
Jessica Stotler descubrió la Palabra de Dios frente a una pantalla de computadora, viendo la señal de Bethel Televisión vía Internet. Tuvo una permanente lucha espiritual antes de entregarse al Señor. Pero terminó convertida al cristianismo y hoy es una de las abanderadas de la labor de evangelización que promueve el Movimiento Misionero Mundial por los medios de comunicación.
“Quizás los incrédulos piensen que es algo inconcebible, pero Internet me llevó a los brazos de nuestro Señor”. Jessica Stotler, ciudadana americana y residente del municipio de Oswego en Illinois, provee luz y espiritualidad con su peculiar historia en tiempos marcados por lo virtual. Puede parecer inverosímil, pero la protagonista de este testimonio encontró en la web de Bethel Televisión el camino a la gracia del Todopoderoso.
Madre de cuatro hijos y cosmetóloga de profesión, su unión a Cristo está marcada por lo ilógico y lo increíble. Sucedió en vísperas de la Navidad de 2009 en la intimidad de su hogar y frente a su computador personal. Cansada de no encontrar la razón suprema de la vida, y aquejada de un extraño mal que la colocó al borde la muerte, Jessica entró al site del canal para la felicidad de la familia y halló el mensaje de esperanza y salvación que tanto buscaba.
La hermana Stotler saluda hoy desde Estados Unidos a la redacción de Impacto Evangelístico vía webcam. Ella recuerda: “hasta ese momento yo era una mundana más. Vivía mi vida a mi modo y lejos de Dios. Incluso renegaba del Creador y miraba con malos ojos que mi madre y una de mis hermanas formaran parte del Movimiento Misionero Mundial. Pero cuando caí enferma de gravedad y me empecé a hinchar como un globo, y ningún médico daba con mi mal, miré Bethel TV por Internet y la hora de mi transformación llegó”.
Una vida dura
En el recuento de su vida anterior a la cristianización Jessica Stotler, nacida en el Perú, no teme mostrar su lado más humano y sostiene: “yo crecí en un barrio humilde de Lima, la capital del Perú, y conocí desde muy niña la pobreza y las durezas de la vida. Mi padre era alcohólico y maltrataba a toda la familia y nos condenó a una supervivencia áspera. Así que la falta de dinero hizo que desde muy niña tuviera que trabajar como empleada del hogar en un sinfín de casas limeñas. En ese andar, y antes de cumplir los 18 años, me uní en 1987 a un hombre con el que tuve dos hijos, Franklin y Michaell, con la idea de dejar atrás todo lo malo”.
Jessica huía, huía y huía en ese tiempo, sin tregua de su propia existencia y de Cristo, con la amargura como bandera. Primero, harta del control familiar, se buscó un espacio individual. Luego, tras ser víctima de una pareja maltratadora, se enfrentó a la vida en solitario y fue padre y madre de dos niños. La cosmetología primero y posteriormente la gastronomía fueron el medio para la subsistencia con el “sudor de su frente”.
Emigrar en 2001 a los Estados Unidos, tras procrear en 1997 a su tercera hija de nombre Ashly, fue el punto final de aquella huida. El Creador ya tenía trazado un plan salvador para ella. Y es que allí, en el cuarto país más grande del mundo, su vida se transformaría en menos de una década. Mientras se labraba un presente prometedor, trabajando en un hospital de Illinois y en el municipio de Oswegoland Park, su madre desde Perú nunca dejó de predicarle la Palabra del Señor y de las bondades de la Obra. Sin embargo, ella siempre se mantuvo distante del Movimiento Misionero Mundial.
La lucha espiritual
Hoy toda una experta de Internet y sus generosidades, Jessica Stotler narra desde el corazón de su casa que aquella etapa fue: “de una gran lucha espiritual. Yo vivía muy enojada con el Movimiento Misionero Mundial. Me amargaba que mi madre congregara y fuera una cristiana comprometida con la Obra. Cada vez que alguien de mi familia me decía que sintonizara la señal de Bethel por la red se me erizaban los pelos.
Lo que vino después fue peor. La lucha espiritual de la hermana Stotler se agudizó de forma paralela a la aparición de más cambios en su existencia. Mientras conocía a quien iba a desposarla en 2006, el norteamericano Joel Stotler, su desencuentro con Jesús se incrementó y su apego a lo material y a la voluptuosidad se elevó a niveles malignos. Sin embargo, el pico de mayor aborrecimiento al Creador llegó junto al nacimiento de su última hija, Mary Lynn, el 25 de marzo de 2009.
La conversión
Nueve meses después sucedió lo impensado, Stotler nacida el 15 de setiembre de 1970, se entregó a Jesucristo a través de la red de redes, esa misma red que antes había cortado, y terminó con la riña que la tenía apartada del buen camino. Luego, y tras comprobar el Poder de Dios cuando intentó teñirse sin éxito el cabello hasta en tres ocasiones y el tinte jamás pudo modificar el color original de su cabellera, se sometió al Señor. Ella cuenta que aquello fue: “maravilloso. La señal de Bethel TV, por Internet, pasó a ser el alimento espiritual diario de toda mi familia que también se convirtió a Cristo”.
Jessica Stotler se ha pasado los últimos 20 meses entre videoconferencias e innumerables chats para mantener viva la llama de Jesús en su hogar. Su unión con el Creador se consolidó el 4 de setiembre del año pasado cuando se bautizó en el Lago Michigan de Illinois, junto a su esposo
De martes a domingo, ese pequeño lugar, en el que junto a una Biblia reluce un moderno computador, es el centro de algo que puede parecer inverosímil, pero sin duda es la muestra de que Dios todo lo puede, incluso usar el ciberespacio para salvar más almas de las garras del maligno
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