La investigación, denominada “El
dividendo demográfico sostenible: lo que el matrimonio y la
fertilidad tienen que ver con la economía?”, indica que el año
pasado la cifra de peruanos casados era del 27 por
ciento.
Ese número era superior en cinco puntos
porcentuales al sector de los convivientes que llegaba al 22 por
ciento; sin embargo, añaden los investigadores, lo que ahora se
nota es una tendencia a la baja en los matrimonios civiles y un
aumento de la cohabitación (convivencia).
Otra revelación del estudio es que hay un
ligero incremento en los porcentajes de los adultos divorciados
(0.32%) y separados (6.41%).
Las causas que explicarían esta situación
en el país son variadas a decir de los especialistas. Hay razones
de tipo demográfico, ya que el Perú tiene población relativamente
más joven en comparación a los demás países, o porque ha
experimentado un proceso de inmigración prolongada.
También hay factores de tipo cultural que
hace que la situación de convivencia sea popular; de tipo
económico por el alto costo que representa formar un nuevo hogar;
y de tipo sociológico debido al miedo de las personas al
compromiso y su tendencia al individualismo.
Este trabajo de investigación fue
realizado por especialistas del Instituto de Ciencias para la
Familia (ICF) de la Universidad de Piura, el Instituto de
Tendencias Sociales, el Proyecto Nacional de Matrimonio, el
Instituto del Matrimonio y la Familia y un grupo de universidades
extranjeras.
Los investigadores que participaron en la
realización de este estudio destacaron la importancia del
matrimonio, porque, a su entender, este garantiza una mayor
estabilidad familiar y calidad de vida para la pareja y los hijos
e impacta positivamente en la economía del país.
“En síntesis, produce un
aumento del capital humano y social”, afirmaron.
Al respecto, dijeron que diversas
investigaciones sociales han revelado que los niños que son
criados en familias intactas, con padres casados, tienen mayores
posibilidades de convertirse en trabajadores productivos y
bien integrados.
“Al estar protegidos por padres más
involucrados en su cuidado, tienen dos o tres veces menos
probabilidades de sufrir problemas sociales y sicológicos como
delincuencia, depresión, consumo de drogas, violencia, abuso y
abandono de la escuela”, anotaron.
Agregaron
que, por la inestabilidad propia de la convivencia, los hijos de
una pareja no casada tienen dos o tres veces más posibilidades de
ser testigos de la separación de sus padres antes de cumplir los
15 años “lo que en definitiva afecta su bienestar”.
Durante la presentación del informe, Paúl
Corcuera, director del ICF, afirmó que los niños tienen el
derecho de crecer en un hogar estable con papá y
mamá.
“Así como se promueven esfuerzos
para formalizar las empresas y la propiedad, resulta necesario
promover la formalización de estas uniones, del compromiso que
hacen un varón y una mujer para fundar una familia. El matrimonio
es un bien en sí mismo y debe promoverse, como lo demanda nuestra
Constitución. Además desde el punto de vista socioeconómico
resulta ser la unión más provechosa posible”,
expresó.
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