Nacida en 1847 de la inspiración del pastor británico Henry Francis Lyte, “Señor, conmigo se” es el símbolo de la esperanza y el consuelo que otorga el poder de Dios.
“Señor, conmigo se”, una de las alabanzas cristianas de mayor reputación en el orbe entero, es fuente permanente de alivio y consuelo a lo largo de los últimos 164 años. Y es que desde su creación, el 5 de septiembre de 1847, se introdujo sin mayores contratiempos en el gusto del entorno evangélico y mundial gracias a su tranquilizadora y reconfortante poética inspirada en un pasaje bíblico. Escrita, en apenas dos horas, por el británico Rev. Henry Francis Lyte, la oda sintetiza la esperanza y confianza de los seguidores de Jesucristo en su poder restaurador y sanador.
Con un origen muy particular, debido a que su creador la escribió luego de enterarse que padecía una enfermedad terminal, la obra además es una valiosa herencia de fe. Un legado que, de una forma celestial, cerró la vida terrenal de Lyte y lo transformó en un compositor muy especial dentro de la música religiosa. Tanto que hasta el día de hoy su biografía, en la que resalta su conversión al cristianismo en 1816, aún sigue captando el interés de quienes reparan en el trabajo del que fue un hombre de Dios y poeta de grandes condiciones.
Diestro flautista, Henry Lyte, nacido en Ednam el 1 de junio de 1793, jamás imaginó que aquella aclamación al Todopoderoso, surgida en la antesala de su muerte, iba a servirle luego a innumerables cristianos y no conversos como una poderosa herramienta espiritual ante la adversidad y la fatalidad. Al respecto, la historia universal apunta que el 7 de octubre de 1915, durante la primera Guerra Mundial, la célebre enfermera inglesa Edith Cavell fue fusilada por el ejército alemán mientras entonaba a viva voz: “Señor, conmigo se”. La sanitaria, como el Creador ordena, había salvado la vida de centenares de soldados aliados.
Igualmente, la melodía de Lyte está asociada desde 1927 a la final de la Copa de Inglaterra -el torneo de fútbol más antiguo del mundo-. Sobre este punto en particular, los registros de la competencia organizada por la Asociación de Fútbol de Inglaterra, fundada en 1863, dan cuenta que ese año se tocó el himno por primera vez y fue en honor a la participación del rey Jorge V, a quien le agradaba muchísimo el tema, y caló tan hondo en la simpatía de la concurrencia que hasta el día de hoy se mantiene vigente como el atractivo principal de la ceremonia previa al lance deportivo.
De sonoridad armoniosa y profunda, “Señor, conmigo se”, en la actualidad no para de popularizarse en el planeta entero. Cada vez que suena, en un partido de balompié, rugby o en cualquier ceremonia militar o fúnebre o dentro de una Iglesia, la pieza cobra mayor vigencia y resalta las bienaventuranzas que provee el amor de Cristo. Un mensaje optimista del Pastor Lyte, que murió el 20 de noviembre de 1947, inagotable y constante al que cualquier mortal se puede abrazar para encontrar una dosis de tranquilidad en momentos de desesperanza, desaliento y angustia.
El evangelio de Lucas
La popularidad del himno“Señor, conmigo se” en todo el planeta no admite dudas. Interpretado desde 1929 en la final de la Rugby League Challenge Cup de Inglaterra, este canto es tocado en los servicios militares de Canadá, Australia, Reino Unido, Nueva Zelandia y de la India. Asimismo, el rey inglés Jorge V y el pacifista indio Mahatma Gandhi declararon más de una vez su predilección por esta composición inspirada en un pasaje del evangelio de Lucas (24:29).
También la melodía se destaca con luz propia porque ha sido usada como banda sonora en diversas películas y series televisivas a nivel mundial. Al respecto, entre las series más renombradas se puede citar a la americana “Lost” y la británica “Doctor Who”. En tanto que en la pantalla gigante acompañó las imágenes de los filmes “The Full Monty” y “28 Days Later”. Del mismo modo, la banda de gaitas y tamborileros de la Royal Scots Dragoon Guards, el principal regimiento escocés, la incluyó en su álbum de 2007
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