El fenómeno violentista
alentado por el narcotráfico que azota a México hace más de un lustro, se ha
convertido en serio peligro para toda la región.
México vive una preocupante realidad. Tanto
solo en los seis primeros meses del 2011, el crimen organizado ha dejado un
total de seis mil 641 muertos, cifra que se vio incrementada en 16% respecto al
mismo período del año anterior en que se registró cinco mil 703 entre enero y
julio.
El número de fallecidos desde diciembre del
2006 hasta la fecha, cuando el gobierno de Felipe Calderón inicióla guerra
frontal contra el narcotráfico, varía entre 37 y 40 mil.
La matanza es tan intensa que hasta los
turistas estadounidenses evitan cada vez más ciudades como Tijuana, Ciudad
Juárez, Nuevo Laredo y otras situadas en la frontera que solían ser destinos
turísticos.
Lo peor de todo es que la violencia se está
contagiando a los estados sureños del oeste de los Estados Unidos. Los
funcionarios estadounidenses aceptan que la violencia relacionada con el
narcotráfico en México no conoce fronteras. En buena cuenta, el país azteca vive
un terrible fenómeno que está amenazando a toda la región por obra de los
cárteles del narcotráfico.
La internacionalización de los barones de la
droga mexicana ha sido reconocida por países como Colombia, donde está
documentada la creciente colaboración entre narcotraficantes de ambos países.
También en Argentina y Perú se han detectado el creciente accionar de los
carteles que ha incrementado también su presencia a Costa Rica.
Los narcotraficantes ya no se dedican
solamente al tráfico ilegal de drogas o el contrabando. Buscan el poder teniendo
en cuenta, sobre todo, que es un continente donde la pobreza y la desigualdad
crean condiciones que abren las puertas al narcotráfico. Esa es la razón por la
que el comercio de la droga ha extendido sus tentáculos alcanzando, incluso, a
los círculos gubernamentales en varios países de la región.
Desde la década de los ochenta, el tema del
narcotráfico ha cobrado una inusitada atención en distintos sectores sociales y
políticos, aunque durante gran parte del tiempo solo ha tenido un enfoque
represivo y policial.
A finales de los noventa, en diversos países
latinoamericanos, se solía reconocer en términos generales que el fenómeno era
una amenaza para la soberanía nacional y a la seguridad de los estados. Pero
actualmente ese concepto se ha ampliado.
Hoy se reconoce que el narcotráfico tiene
claras connotaciones políticas, económicas, sociales y culturales. En ese
contexto se sabe que esta actividad resulta una extraordinaria fuente alterna de
acumulación de riquezas.
Para alcanzar plenamente sus fines y
objetivos, es decir, obtener la mayor ganancia económica posible, requiere
quebrantar el marco legal, social y moral de las sociedades donde opera y se
reproduce. Por esa misma razón, el narcotráfico necesita recurrir a la
extorsión, la corrupción y la impunidad para reproducir las condiciones de su
propio funcionamiento
La presencia del narcotráfico tiene múltiples
efectos en la sociedad. Influyen en la economía a través del lavado de dinero,
interviene en la política y la toma de decisiones mediante la infiltración de
sus agentes en las instancias de gobierno, distorsiona la moral de población en
todos estos países y conlleva una pérdida sistemática de valores.
En países como México y Colombia, el crimen
se está convirtiendo en una cosa ordinaria y la tentación por una vida fácil
hace mella en mucha gente que está viendo una forma de vida en el negocio de la
droga.
El narcotráfico es un tema de profunda
actualidad, difícil de enfrentar, que llama la atención por su espectacular
crecimiento y se expresa como la dramática manifestación del nuevo paisaje
político, económico, social y cultural de Latinoamérica.
En consecuencia, la estrategia para enfrentar
el narcotráfico debe incluir soluciones en todos estos frentes, pero, sobre
todo, enfatizar el rescate de la moral y los valores. El valor moral perfecciona
a las personas llevándolos a vivir en armonía haciéndolo más humanos y con mayor
calidad. De otro modo, será muy difícil vencer este gravísimo fenómeno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario