martes, 3 de enero de 2012

Cuatro decisiones representativas

Rev. Juan Castillo
“Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos”. Ruth 1:1. “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido. Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá”, Ruth 1.1-7. Nuestra vida se construye a través de decisiones que tomamos a lo largo de la vida. Las decisiones que tomamos van a afectar nuestra vida para bien o para mal, y nuestro futuro está determinado en gran medida por las decisiones que tomemos hoy.Las decisiones que tomamos pueden ser de bendición o pueden ser un problema tremendo para nuestra vida. De manera de que en el ámbito espiritual hay factores que deben de ser tomados en cuenta, porque nuestra vida no es una casualidad, nuestra vida es el resultado del plan de Dios. Dios ha planeado que su vida sea bendecida, sea prosperada, esté en victoria. A veces se nos olvida de donde nos sacó el Señor, a veces nos olvidamos quiénes éramos. De manera que en el ámbito espiritual hay factores que deben de ser tomados a la hora de tomar una decisión ¿por qué? Porque fuimos creados desde el principio de la creación, Pablo lo dice: Para la alabanza de su gloria, de su gracia, en lo cual fuimos aceptos en el amado. Hermanos, no somos una casualidad, ¡Gloria a Dios que Dios me tomó en cuenta! ¡Gloria a Dios que Dios se fijó en mí!, porque yo salí de la secundaria, me dediqué con mi padre a pescar, nunca pensé en ser Pastor, ¡jamás! Cuando uno sabe que está en el plan de Dios, que está en el diseño de Dios, uno no se puede quedar callado, el hombre que está agradecido con Dios le alaba, le bendice, y le adora. Dios conoce cada detalle de tu vida, Dios nos tiene bien chequeados, Dios sabe lo que somos y lo orgullosos que somos. De manera que pasar por esos dos factores es fatal por las aspiraciones de cualquier cristiano, hay decisiones que pueden ser para bien o pueden ser para mal, hay decisiones que pueden ser una bendición o hay decisión que pueden ser un completo aguijón o una piedra en el acepto. Observemos en primer término las decisiones de Elimelec, dice allí: “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos”, Ruth 1:1. En Belén de Judá se da una gran hambre, entonces  fue a morar  los campos de Moab, él y su mujer y, sus dos hijos. Y en el verso 2 leemos: “El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí”. El nombre de este varón era Elimelec que significa: “Mi Dios es rey”. Elimelec decide retirarse de la voluntad de Dios ya que la situación de hambre en Israel era terrible, no era una casualidad. Una cosa he aprendido de Dios, que Dios aprieta pero no ahorca, la prueba que estás pasando no te gusta, no es de tu agrado, aunque te critican, te señalan, te censuran, te dicen que eres un ladrón, un aprovechado, pero Dios sabe lo que eres porque Dios conoce cada detalle de tu corazón, y llegar a ese momento y decir me voy de las iglesia, sería la decisión más necia y torpe que puede tomar un hombre. ¿Cuántas veces ha deseado irse por los problemas y las situaciones difíciles que ha pasado? No vamos a hacer lo de Elimelec, que apenas se presenta el primer problema se va de la casa de pan, decide dejar Belén (Casa de pan y misericordia) por buscar una salida temporal, que barbaridad. ¿A dónde se fue a meter? A Moab, a la casa de los demonios. Hacia dónde podemos llegar siendo dirigidos por la insensatez carnal; una decisión mal tomada puede originar un problema grave en nuestras vidas, Elimelec la tomó y no se estaba dando cuenta y si se estaba dando cuenta no le importó porque así es la persona cuando no toma a Dios en cuenta, sin saber que las consecuencias más adelante van a ser funestas, si está así vaya a pedirle perdón al Señor. Elimelec representa el dejar el amor de Dios, se va sin los dones, se va sin la gracia, se va dejando la obra de Dios, se va dejando su heredad, se va solo como se han ido otros, olvidando que Dios es el que restaura todas las cosas. ¿Cómo terminó Elimelec? ¿Cómo terminan las personas cuando toman una decisión? Recuerdo en un congreso sudamericano que el Espíritu de Dios tomó a una de estas mujeres y mire que el Espíritu de Dios la tomó, y se le arrimó al que estaba predicando y entre las cosas que el Espíritu de Dios le hablaba y le decía: ¡Los que se van de esta obra, se van sin mí, yo no estoy con ellos, aunque brinquen y zapateen y hagan aguaje de todo…! Y cómo terminó Elimelec, la Biblia nos dice: “Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos”, Ruth 1:3. Así terminan todas las personas que toman una decisión funesta, una decisión por el primer impacto que el diablo les hace. Tenemos que entender que una decisión como la que tomó este hombre en el primer problema que se presentó afectó a la esposa, afectó a toda la familia, y lo afectó a él; porque en vez de morir en la casa de pan y de alabanza en Belén, murió allá donde está la casa de los demonios en Moab la tierra de los moabitas. “Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido”,Ruth 1:5. La historia no queda ahí, leemos: “Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá”, Ruth 1: 6-7. Esto de levantarse representa a la voluntad de Dios. Si has perdido algunas cosas de la doctrina ¡levántate!, vuelve a los orígenes, a los fundamentos de esta visión, si el que está a tu lado no quiere levantarse, ¡déjalo, levántate tú! y dile: ¡Señor, aquí estoy! Noemí se levantó porque oyó que Jehová había visitado a su pueblo. Si hay cosas en tu vida que han estado afectadas, ahora es el tiempo de levantarse porque Dios está visitando al Movimiento Misionero Mundial, ¡levántate! Esta es la segunda decisión, Noemí se levantó, tú tienes que levantarte, tú tienes que tomar decisiones porque Dios está visitando a su pueblo. Ella escuchó en los campos de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Cuando Dios nos visita, aun los enemigos de esta obra se dan cuenta que nos está visitando, pero tú levántate, la decisión de aprovechar la segunda oportunidad, porque Dios es un Dios de segundas oportunidades. Hay muchos que han cometido errores, nadie te está desechando, ni los oficiales te están desechando, ni los pastores te están desechando, ¡nadie!, porque aquí todos somos necesitados de Dios, pero no vaya a ser que hayas dejado algunos principios de esta obra, algunos principios que Dios te enseñó, algunas cosas que Dios te educó. Mire hermano, si Usted es uno de los que ha dejado algunos principios de esta obra ¡levántese! Y dígale: ¡Aquí estoy Jehová, he oído que estás visitando tu obra, aquí estoy! Jehová es tu futuro, y la mano de Él no se ha acortado, Jehová te bendiga mil veces más. Ella tomó una decisión en Moab y aprovechó en su momento esta segunda oportunidad, porque oyó que Dios había visitado su pueblo para darles pan. Es bueno aprender a oír, hay gente que no le gusta oír, hay gente que piensa que siempre tienen la razón, creen que tienen la verdad. Pero ella oyó. Tenemos que aprender a escuchar, todos cometemos errores. Esta mujer se había envuelto en una situación difícil por causa de la cabezonada de su esposo, y cuántas esposas se ven en problemas por la cabezonada de sus esposos, por el Elimelec que tiene al lado. ¿Cuándo es que volverán los descarriados al rebaño? Van a volver cuando escuchen que la gloria de Dios está allí, cuando vean que su Pastor ya no es un pusilánime, cuando vean que su Pastor es un guerrero. Ellas salieron de Moab, iba Noemí con las dos mujeres caminando (Orfa y Rut) pero al rato Noemí se dio cuenta que llevaba un par de cargas, usted lo pensará así pero Dios siempre nos pasa por las aguas, pero no te olvides que está escrito: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”, Isaías 43:2. Noemí les dice: “Déjenme, mejor vuélvanse para atrás porque yo ya soy muy vieja y ya no puedo decir que puedo conseguir marido para volver a parir otros hijos y esperar que sean grandes para que ustedes se vuelvan a casar; mejor váyanse para Moab!” Y Orfa toma una mala decisión. “Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella”, Ruth 1:14. Sin embargo, Noemí dice: “He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella”,Rut 1:15.Porque eso hacen los infieles, se vuelven a la tierra de donde salieron y se vuelven a su dios que es el dinero.Tuvo la oportunidad de salir de la casa de los demonios y llegar a la casa de pan y misericordia, pero la rechazó; este es el tipo de personas que no caminan bajo el estigma de la entrega y que no saben discernir la voluntad de Dios para ellos. Hay gente que no camina bajo este estigma, están entre nosotros pero no son de nosotros, cuando se habla de una entregan ellos no quieren saber de ello, pero luego está la decisión más tremenda, la decisión de Ruth, Noemí.“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos”, Ruth 1:16-17. ¿Dónde están los hombres? ¿Dónde están los valientes que van a pelear esta batalla? El diablo debe saber que no nos vamos a apartar, que no vamos a claudicar, que no vamos a desfallecer, la decisión está tomada. Ruth significa amiga, y es que sólo los amigos del Padre son capaces de tomar tan serias decisiones, porque los amigos confían, pues saben que el Padre sólo nuestro bien procura, sólo a los amigos se les revela la voluntad del Padre. Cristo se refirió a esto y dijo: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”, Juan 15:15. Somos amigos del Padre. Lo que ella oyó de los campos de Moab fue suficiente para arrojarse en la fe hacia el futuro, sus acciones son el resultado de la presencia de Dios, son el resultado de una vida consagrada a Dios y a su servicio. Hemos escuchado cuatro decisiones determinantes, ¿con cuál de ellas te identificas? ¿Con cuál decisión te identificas? Con la de Elimelec, la decisión de abandonar la perfecta voluntad de Dios; con la de Noemí, de aprovechar la segunda oportunidad; con la de Orfa, la decisión de rechazar la voluntad de Dios acerca de un mejor mañana; con la de Ruth que dijo: “No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tu murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotros dos”, Rut 1:16-17.

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