«Creemos que cuando las circunstancias que hubieran
justificado el aborto se producen después del nacimiento, lo que denominamos
“aborto posnatal” debería estar permitido». Esta es la tesis principal de un
artículo académico publicado esta semana por el Diario de Ética Médica (Journal
of Medical Ethics), vinculado a la universidad de Oxford, que ha generado una
fuerte polémica por una argumentación que justifica el infanticidio. Sus
autores, Alberto Giublini y Francesca Minerva —dos profesores italianos de
bioética de la universidad de Melbourne— defienden que «el estatus moral de un
recién nacido es equivalente al de un feto» puesto que, en ambos casos, se
trataría de «seres humanos en potencia», pero no de «personas en el sentido de
sujeto de un derecho moral a la vida capaz de atribuir (al menos) un valor
básico a su propia existencia».
La versión online del escrito ha servido para
canalizar la indignación de muchos. «Esta gente es mala. Que se sientan seguros
como para poner por escrito ideas tan retorcidas revela lo bajo que hemos caído
como sociedad», se lee en uno de los comentarios. El editor de la revista, el
profesor Julian Savulescu del centro de ética práctica de Oxford, ha denunciado
en su blog que «el artículo ha generado correspondencia abusiva con los autores
y amenazas a su vida y seguridad». Savulescu justifica su publicación recordando
que «argumentos así han estado muy presentes en la literatura académica».
Pero los grupos pro vida británicos han
condenado las implicaciones del artículo, solo una semana después de que varios
periódicos denunciaran la práctica de abortos en función del género del bebé en
el Reino Unido. «Este artículo demuestra lo que los pro vida hemos dicho
siempre: que los argumentos en favor del aborto justifican el infanticidio»,
afirmaba ayer Anthony Ozimic, de la Sociedad para la Protección de Bebés No
Nacidos, a «The Daily Telegraph». «Nacer es solo un cambio de ubicación, no hay
diferencia en el estatus moral de un niño un día antes de nacer y un día
después», defiende.
Los autores reconocen en todo momento los
dilemas morales presentes y la dificultad de encontrar «argumentos definitivos»
para defender que una vida con ciertas patologías no merezca ser vivida. Pero
recuerdan que en Holanda se acepta el infanticidio en ciertos casos y que, entre
2005 y 2009, «solo» el 64% de los casos de síndrome de Down fueron detectados
con test prenatales en 18 países europeos. Un periodo en el que nacieron, dicen,
1.700 niños con una condición que, reconocen, es «compatible» con la
felicidad.
FUENTE: ABC
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