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El bullying engloba todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros.
EL BULLYING NO MATA PERO PUEDE LLEVAR A LA MUERTE
Un niño que se enferma, evita a sus amigos y suspende los exámenes puede estar siendo víctima del bullying. Además, teme revelar su pesadilla a sus padres o a sus profesores, pues no quiere que lo tomen por un cobarde.
¿De qué se trata todo esto? Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Lamentablemente esta palabra se encuentra muy difundida debido a los innumerables casos de persecución y de agresiones que se están detectando en las escuelas y colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras.
La última, terrible, el suicidio de Amanda Todd, una joven de 15 años, tras tres años de sufrir este tipo de persecución, unido a un ciberacosador que iba difundiendo imágenes de un topless que hizo ante su webcam con 12 años.
Quien acuñó este término bullying fue el noruego Dan Olweus. Él afirma que "un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”. La suya es la definición más aceptada entre los expertos.
El bullying engloba todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos.
El maltrato intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.
SITUACIÓN EN ESPAÑA
En España, se estima que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive esporádicamente. Los datos varían en función de la fuente de la que procedan y del enfoque a la hora de estudiar el fenómeno.
Una encuesta del Instituto de la Juventud (INJUVE) eleva el porcentaje de víctimas de violencia física o psicológica habitual a un 3% de los alumnos. Y afirma que un 16% de los niños y jóvenes encuestados reconoce que ha participado en exclusiones de compañeros o en agresiones psicológicas.
El Defensor del Pueblo señala que el 5% de los alumnos reconoce que algún compañero le pega, mientras el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) indica que un 49% de los estudiantes dice ser insultado o criticado en el colegio, y que un 13,4% confiesa haber pegado a sus compañeros.
COMPONENTES CLAVES
Este acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte de uno o varios acosadores a una o varias víctimas, implica tres componentes claves.
En primer lugar, existe un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o sólo percibido por la víctima. El segundo elemento clave es que la agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un modo intencionado. En tercer lugar, existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce de forma reiterada.
El hostigamiento puede producirse a nivel físico, es decir mediante una agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
El más habitual es el hostigamiento verbal. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente.
También existe bullying a nivel psicológico mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer.
Por último, el hostigamiento social consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.
VÍCTIMAS MORTALES
El bullying no mata pero puede llevar a la muerte. “Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies”. Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta, desde lo alto de la muralla de Hondarribia, España, en septiembre de 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, le hicieron sufrir al punto de llevarlo a la muerte.
Este trágico hecho hizo sonar la alarma social, política y educativa, y ha generado múltiples debates. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno. Los casos de bullying afloran, el hostigamiento y el maltrato verbal o físico entre escolares sigue multiplicándose.
Fuente: http://www.protestantedigital.com/ES/Qfamilia/articulo/14108/El-bullying-no-mata-pero-puede-llevar-a-la-muerte
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