martes, 19 de marzo de 2013

¡Cuan glorioso es tu nombre en toda la tierra!

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“¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos… Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” Salmo 8:1-4.
Dios hizo un universo infinitamen­te grande. Los hombres de ciencia no alcanzan a ver el final del espacio sideral, donde se en­cuentran los astros, galaxias y todas las cons­telaciones. Se dice que se necesitarían millones de años para atravesar todo el espacio y lo que duramos en vida es, a lo mucho, setenta años.

Matusalén vivió novecientos sesenta y nue­ve años. Este hombre no llegó ni a los mil años, y de mil a un millón hay bastante diferencia. El trono de Dios, del cual la Biblia habla, está mucho más allá de todas las galaxias.

Cuando llegó al cosmos, Yuri Gagarin -pri­mer cosmonauta ruso- dijo que no veía a Dios por ningún lado. ¡Qué ignorancia! y parecía un gran científico.

Un cristiano evangélico llamado Neil Arm­strong fue el primer hombre que llegó a la luna. Al estar sobre la superficie, dejó una placa don­de estaba escrito el Salmo 8. Años después se convirtió en un predicador del Evangelio, reco­nociendo la grandeza de Dios. Este hombre de ciencia que, no solo llegó al cosmos, sino mucho más allá, exalta y glorifica el nombre de Dios.

A lo largo de la historia existieron hombres extraordinarios, que han realizado grandes aportes a la sociedad, con inventos y descubri­mientos que, en la actualidad, son de gran utili­dad para la humanidad:

La primera universidad que existió en el mundo fue cristiana evangélica.

La primera imprenta la hizo un cristiano evangélico.

La primera máquina de coser fue inventada por un cristiano.

El primer equipo para tomar placas o radio­grafías lo descubrió un cristiano evangélico.

El primer automóvil fue hecho por un cristia­no llamado Rodolfo Diesel.

El primer avión fue inventado por dos hijos de un cristiano evangélico.

El helicóptero, la televisión, el teléfono, la electricidad, el telégrafo, entre otros fueron he­chos por cristianos evangélicos.

¿Quién no ha oído hablar de los premios Nobel? Nobel era un cristiano evangélico que aportó más de doscientos inventos y descubri­mientos para la ciencia. Posteriormente, donó sus bienes para que los estudios y avances cien­tíficos continúen y así apoyar a aquellos que es­tán trabajando en favor de la sociedad.

En África del Sur, un cristiano evangélico realizó el primer trasplante de corazón. Es así que muchos cristianos han efectuado innume­rables aportes científicos.

¿Es el cristianismo un atraso? ¡De ningu­na manera! El cristianismo es cultura, avance, prosperidad, bienestar y felicidad.

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