Porque en el Evangelio la justicia de Dios se
revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
Romanos 1:17.
Durante la guerra en Corea, un hombre fue
gravemente herido en un campo de batalla en Heartbreak Ridge. Sus amigos estaban
cubiertos en una cueva de zorros como a 10 metros del lugar cuando este fue
herido en una emboscada. Mientras el fuego continuaba, los otros hombres
discutían entre ellos que hacer. Pero como el fuego era intenso era difícil
seguir arrastrándose y traer a su compañero herido, pues eso significaría la
misma muerte.
Por un rato nadie se movía. Los hombres que
estaban en la cueva podían escuchar a su compañero herido clamar por ayuda.
Entonces uno de los hombres que estaba en la cueva empezó a mirar el reloj. No
podía quitar la vista del mismo. Todos los demás lo notaron y empezaron a
preguntarle cosas, pero el soldado no dejaba de mirar el reloj y permanecer en
silencio.
De repente, el hombre del reloj saltó de la
cueva y se arrastró hasta donde estaba su compañero herido. Lo tomó por la
solapa del uniforme, y de una manera lenta empezó a regresar a la cueva, todo
mientras el ataque era intenso a su alrededor.
Sorprendentemente ambos lograron llegar a la
cueva del zorro sin ser heridos por bala alguna. Luego que el fuego cesara, le
preguntaron al héroe que salvó a su compañero ¿porque había esperado tanto
tiempo para rescatar a su amigo? A lo cual él respondió: “Mi madre me dijo que a
la misma hora exactamente, todos los días, ella estaría orando por mi. Y de
acuerdo a mi reloj, dejé la cueva exactamente cuando ella empezó a orar.
Dice la Palabra de Dios que “el justo por la fe
vivirá” (Romanos 1:17).
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