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Rev. Luis M. Ortiz
“Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá. Firme es tu trono desde entonces; tú eres eternamente.” Salmo 93:1, 2.
LA IGLESIA
Amados, estos hijos, esta descendencia, esta familia de Dios, estos ciudadanos del Cielo, van a entrar al Cielo, pero no cada uno como individuo independiente del otro, ni tampoco como concilio, ni denominaciones, ni movimientos, ni ministerios, ni agrupaciones, para cada cual disfrutar la gloria y las delicias del Cielo a su manera, en su sector privado, organizando sus propias excursiones a las distintas galaxias, ni fomentando sus propios intereses. Nosotros vamos a entrar al Cielo como la Iglesia de Jesucristo que es la más sublime obra de Dios en el tiempo y en la eternidad.
La Iglesia de Jesucristo es comprada con la sangre de Cristo(Efesios 5:25).La Iglesia de Jesucristo es de Dios (1 Timoteo 3:15). Es amada de Cristo (Efesio 5:12). Es consolada,enseñada por el Espíritu Santo (Juan 14:16).Es el cuerpo, siendo Cristo la cabeza (Efesios 1:22). Es el templo siendo Cristo el fundador y fundamento(1 Corintios 3:9, 16; 1 Pedro 2:6, 7).La Iglesia de Jesucristo es edificada por Cristo (Mateo 16:18). Preparada, capacitada y adornada por el Espíritu Santo (Gálatas 5:22-25; 1 Corintios 12:1-12). Es bendecida, con bendición espiritual (Efesios 1:13). Es la expresión, pues da a conocer la multiforme sabiduría de Dios a todas las potestades en los lugares celestiales (Efesios 3:10). Es el motivo principal de las alabanzas a Dios por toda la eternidad (Efesios 3:21). Es sustentada y cuidada por Dios (Efesios 5:29).Es la casa de Dios (1 Timoteo 3:15).
La Iglesia de Jesucristo es columna y apoyo de la verdad (1 Timoteo 3:15). Es la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5:13). Es linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido por Dios (1 Pedro 2:9). Es llena de la plenitud del Padre (Efesios 3:19). Como su cuerpo tiene la plenitud del Hijo (Efesios 1:23). Recibe la plenitud del Espíritu Santo (Efesios 5:18). En ella opera la supereminente grandeza del poder de Dios (Efesios 1:19). Es gloriosa, sin mancha, sin arruga, ni cosa semejante, sino santa y sin mancha (Efesios 5:27). Como cuerpo de Cristo la Iglesia es parte de su carne y de sus huesos (Efesios 5:30). La Iglesia es la novia y la esposa del Cordero de Dios (Apocalipsis 19:7, 8).
Cristo pide al Padre que la Iglesia, su cuerpo, sea uno con Él y con el Padre,“que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros... Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad”(Juan 17:21, 23).
Nosotros, la Iglesia, seremos semejantes a Él (1 Juan 3:2). Tendremos cuerpos glorificados como Él (1 Corintios 15:49, 51). Reinaremos con Él (Apocalipsis 5:10). Nos sentaremos en el trono con Él (Apocalipsis 3:21). Somos herederos de Dios (Romanos 8:17). Y coherederos con Cristo (Romanos 8:17). Lo que herede Cristo, lo hereda la Iglesia (Mateo 25:35). Jesús fue hecho más sublime que los cielos (Hebreos 7:26), la Iglesia como su cuerpo también.
CIERTAMENTE LA IGLESIA ES LA OBRA DE DIOS MÁS SUBLIME EN EL TIEMPO Y EN LA ETERNIDAD.
Amados, es comprensible que el diablo odie con saña infernal a la Iglesia del Señor, a él lo botaron del cielo cual perro sarnoso juntamente con los ángeles que le siguieron, quedando un vacío en el cielo. A él la envidia lo consume, la soberbia lo emponzoña, la rabia lo pone esquizofrénico al saber que la Iglesia va a ocupar una posición supereminentemente más elevada que la que él perdió, el diablo quiso ser semejante al Altísimo, pero es la Iglesia la que será semejante al Señor Jesucristo.
Por esto desde los albores de la historia de la raza humana, Satanás comenzó la guerra contra la simiente de la mujer, quien habría de molerle la cabeza, y quien habría de edificar su Iglesia. Pero ninguno de los intentos ni los instrumento de Satanás, ni los Caín, ni los Nimrod, ni los faraones, ni los Goliat, ni los Amán, ni los Herodes, ni los Nerón; con todos los Césares y emperadores romanos matando millones de cristianos lanzándolos a las fieras; ni tampoco los pontífices romanos igualmente matando millones de cristianos evangélicos en las hogueras inquisitoriales; como tampoco la religión materialista y atea del endiosamiento del estado con sus campos de concentración e inanición; no han podido lograr los objetivos del diablo, esto es destruir, exterminar la Iglesia del Señor. Muy bien dijo nuestro Señor Jesucristo que “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”.
Cuando Satanás no ha podido lograr sus objetivos contra la Iglesia por medio del martirio cristiano, entonces ha acudido al prestigio humano y en muchos casos ha logrado que hombres poderosos en Dios busquen prestigio intelectual, social, económico y mundanal, y se tornen en vanidosos intelectoaloides, en líderes cívicos, sociales, políticos y financieros; vacíos del poder de Dios y carentes de vida espiritual profunda. Y desde luego con líderes conciliares así, Satanás, el mundo y el pecado tienen franca entrada en el pastorado y en el rebaño.
Por razón de estas brechas espirituales y ministeriales, Satanás está atacando a la Iglesia desde adentro con armas sofisticadas, o sea engañosas, caballos de Troya, abanderados y precursores del anticristo dentro de la Iglesia militante que están causando grave daño al pueblo de Dios.
Una de estas armas es un arma religiosa o sea el ECUMENISMO. La palabra ecuménico viene de la palabra griega ecúmene que significa “la tierra habitada”, o sea todo el mundo, toda la tierra con todos sus habitantes.
Cuando el diablo tentó a Cristo le mostró los reinos del mundo, o sea le mostró ecúmene. Así que ecuménico incluye a la tierra y a sus habitantes. Esto debería bastar para entender que una iglesia ecuménica, es una iglesia donde cabe el mundo con todos sus habitantes, no importa quiénes estos sean, como sean, ni lo que crean, sean paganos orientales o paganos occidentales, adoren al sol o adoren a un buey, se inclinen ante un busto de Buda, o ante unodel corazón de Jesús, reverencien una imagen de Asera (la diosa cananea de la fertilidad), o una imagen de la virgen María.
Y desde luego una iglesia ecuménica mundial quien la fomenta y la controla es el príncipe de este mundo, al saber Satanás, a fin que durante la gran tribulación el falso profeta la manipule para el servicio y para los propósitos del anticristo.
El ecumenismo patrocinado e integrado por el romanismo, por la organización protestante llamada el Concilio Mundial de Iglesias con sede en Ginebra, por el Concilio Nacional de Iglesias de Estados Unidos, por el Concilio Evangélico de Puerto Rico y otras muchas organizaciones en distintos países. Repito, el ecumenismo quiere una sola iglesia mundial, no quiere que se evangelice más, pues para ellos esto es hacer prosélitos, y según ellos cada quien debe quedarse en su propia religión aunque sea una religión pagana.
El ecumenismo afirma que Cristo está dormido en todas las religiones, aun en las paganas, pues Dios también se ha revelado por medio de las mismas. El ecumenismo utiliza considerables cantidades de dinero para fines políticos y para apoyar las guerrillas y la subversión.
El ecumenismo aplica muy mal las palabras de Jesús cuando dijo: “para que todos sean uno”(Juan 17:21), con estas palabras el Señor se está refiriendo a los que conocen al Padre como único Dios verdadero, a los que en el mundo me diste, a los que guardan tu Palabra, a los que les ha sido dada la Palabra de Dios y la recibieron, a los que han creído que el Padre envió a Jesucristo, a los que tienen el gozo del Señor, a los que el mundo aborrece porque no son del mundo así como Cristo no es del mundo, a los que son guardados del mal, a los santificados en la verdad, a los enviados del Señor, a los que tienen la gloria de Dios. Estos si son perfectos en unidad porque la verdadera unidad no es orgánica ni ecuménica sino que es en el Espíritu Santo, estos si son uno así como el Padre y el Hijo son uno, y estos últimos definitivamente no pueden ser uno con aquellos que no son uno con el Padre y con el Hijo.
La palabra Iglesia significa “llamados de”,o sea llamados del mundo; la palabra sinagoga significa “juntados de”, o sea juntados del mundo.
El ecumenismo es una amalgama, una mezcla, una mixtura, una sambumbia de gente con religiones y creencias distintas; es una súper estructura, un súper andamiaje, una súper sinagoga a la cual el Señor le llama “sinagoga de Satanás”, donde se han juntado los que nunca han tenido a Cristo, los que han perdido a Cristo y los que están al perder a Cristo.Ellos entre sí ciertamente son uno, pero ellos y la verdadera Iglesia de Jesucristo jamás podrán ser uno.
Cristo es la cabeza de la Iglesia, la única cabeza de la Iglesia que es su cuerpo, el cuerpo de Cristo no tiene dos cabezas, Cristo es la cabeza de su Iglesia en el cielo y en la tierra. El vicario o representante de Cristo en la tierra es el Espíritu Santo. Y así como la cabeza es una y armoniosa, así también el cuerpo tiene que ser uno y armonioso con la naturaleza de Cristo.
El cuerpo de Cristo no puede ser un cuerpo heterogéneo, es decir, compuesto por miembros de diversas naturalezas, miembros disímiles que no se acoplan. Así como no pueden acoplarse una papa por cabeza, con pescuezo de jirafa, con tórax de orangután, y con serpientes por brazos, con un vientre de ballena, y de camello la espalda, con dos perniles por muslo, las dos patas de elefante, y por los pies dos llamas. Eso es el ecumenismo, es una artimaña del diablo en estos días del fin, es una arma religiosa, engañosa, venenosa y diabólica contra la Iglesia del Señor.
Otra de estas armas que Satanás está desarrollando es un arma socio política: el HUMANISMO. El humanismo es la glorificación, la exaltación del hombre sobre Dios. El humanismo dice que Dios no existe. El humanismo es ateísmo y descarta la creación del universo y del hombre por parte de Dios, dice que todo fue accidental. El humanismo dice que la salvación o la perdición son ideas ilusorias y dañinas, cree que el hombre es su propio salvador. El humanismo apoya el aborto, el sexo libre, el divorcio; que nada es inmoral en sí mismo, que no existe ni el bien ni el mal.
El Humanismo es Hedonismo, pues declara que la felicidad del hombre es hacer todo lo que quiera sin ninguna limitación, es decir, considera el placer como la finalidad de la vida, así que es hedonismo y hediondismo. El humanismo es materialismo pues tiene como meta la consecución de bienes materiales. El humanismo en política es Socialismo pues propugna un gobierno mundial de esa ideología, de ahí viene la llamada “Teología de la liberación”. El humanismo es una religión ateísta que ha permeado gradualmente, está arruinando la docencia, la escuela, la universidad, la cultura, las leyes, la judicatura, el gobierno, el matrimonio, la familia, la sociedad, la Iglesia, los medios de comunicación en masa.La nueva religión.
Ningún verdadero cristiano puede ser humanista, pues el humanismo es un arma socio política ateísta, muy engañosa, que el diablo está empleando con bastante éxito en la Iglesia del Señor, pues hoy hay mucha predicación humanista.
Otra de estas armas es un arma doctrinal el CONVENENCIONALISMO. Hoy existe una marcada tendencia de interpretar las Escrituras a la conveniencia personal del intérprete, a lo que a él le guste, lo que le agrade, todo lo que no le convenga lo puede rechazar. El Convenencionalismo es un evangelio a la carta, con el menú en la mano, como en el restaurante que usted pide lo que le gusta, y si le traen algo que usted no pidió, o no le gusta como se lo traen, usted lo rechaza. Es un evangelio a la conveniencia del consumidor, y se dice que el cliente siempre tiene la razón.
De ahí, tanta mundanalidad y tanto pecado en tantas vidas, en tantas iglesias, en tantas denominaciones, y aun en tantos líderes conciliares. De ahí que se esté borrando la diferencia entre el creyente y el inconverso, visten el mismo traje uña y carne. De ahí que haya bautismos en agua con las mujeres en bikini y los hombres y el bautista en short. De ahí que tantas personas que dicen que están convertidos y hasta predican, pero no dan evidencias de haber nacido de nuevo, no son hechos nuevas criaturas, ni las cosas viejas pasan, ni tampoco pasan los viejos trabajos faranduleros y pecaminosos. De ahí la ola de música con ritmos populares, sensuales, infernales que invaden las iglesias. De ahí esa fiebre de competencias deportivas y maratones inter iglesias, inter pastores, e inter concilios. Y de ahí la barahúnda, la aparición, la confusión, y escándalo de tantas herejías unas antiguas y otras de la nueva ola.
Una muy antigua, tan antigua, como San Agustín, en el siglo IV de la era cristiana, la cual está resurgiendo e introduciéndose en el pueblo de avivamiento, consistente en que Dios predestina a unos para salvación y a otros para perdición, a unos para el cielo a otros para el infierno, a unos para la vida eterna a otros para la condenación eterna, a unos para las glorias del cielo a otros para el lago de fuego. De esta se deriva otra herejía, esto es que cuando uno essalvo es siempre salvo, aunque adultere, fornique, viva en pecado, no importa lo que haga, y cómo viva, ya está predestinadito, y será salvadito,“llueve, truene o haga viento” (como decían antiguamente).
La Biblia está llena de evidencias de que la Salvación está disponible no sólo para algunos predestinados, sino para todo mortal, y que el que descuida su salvación, pierde su salvación y su nombre será borrado del libro de la vida. Si Dios predestinará a alguien para perderse, por qué habría de juzgarle, condenarle y enviarle al lago de fuego. Decididamente estas son interpretaciones de conveniencia, debemos tener mucho cuidado con creyentes, predicadores, y evangelistas que son muy susceptibles a las falsas doctrinas y herejías.
Una herejía de la ola moderna es el evangelio de la prosperidad material, que desde luego, para el superficial es muy atractivo, pero que está lleno de veneno mortal. “Nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que nosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”(2 Corintios 8:9), por lo mismo nos bendijo con toda bendición espiritual y nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
Estimado amigo, esta es tu oportunidad de arrepentirte de tus pecados y recibir a Jesucristo como tu gran Salvador para que disfrutes del inmenso privilegio de ser miembro del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, que a su vez es la obra más sublime que Dios ha realizado en el tiempo y en la eternidad. ¡Acepta a Cristo, en este instante!
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