viernes, 8 de febrero de 2013

Rodolfo Gonzáles Cruz

Los avances de la Ciencia y la Palabra de Dios
http://www.um.edu.uy
 
Rev. Luis M. Ortiz
“Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche… Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová…” Jeremías 31:35, 36.
Estas leyes no han faltado ni faltaran, las sucesiones de días y noches desde la creación, y por medio de la ley inexorable del tiempo siguen testificando de la inmutabilidad de la Palabra de Dios. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Siempre se ha cumplido, y siempre se cumplirá.
Y esta Palabra de Dios, que es el único fundamento adecuado, lógico, seguro, para gobernar la vida física moral, intelectual, espiritual del hombre; también hoy en la época de los grandes adelantos científicos y de los viajes espaciales la Palabra de Dios sigue siendo tan pura, tan firme, tan segura, inmutable, exacta y trascendente; que nada hay en el cielo de Dios, ni en las regiones del abismo; que nada hay debajo del sol, ni en las profundidades de la tierra; que nada hay en el tiempo, ni en el espacio ni en la eternidad; que nada hay mas allá del sol, de la luna, de las estrellas, de los planetas; que nada hay en lo inconmensurable del universo con todas sus constelaciones y galaxias que sea ajeno, que sea extraño, que sea independiente, que este desconectado de la Palabra de Dios. Todo tiene su origen y subsistencia en la Palabra de Dios. “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios” (Hebreos 11:3).
Quién piense cuestionar estas afirmaciones bíblicas, tendría antes que responder a estas preguntas que Dios hizo a Job, y dice: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¿Quién ordenó sus medidas? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular? ¿Quién encerró con puertas el mar? ¿Has mandado tú a la mañana en tus días? ¿Has mostrado tú al alba su lugar? ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, y has andado escudriñando el abismo? ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte? ¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas? ¡Tú lo sabes! ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, o has visto los tesoros del granizo? ¿Quién repartió conducto al turbión, y camino a los relámpagos y truenos? ¿O quién engendró las gotas del rocío? ¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Alzarás tú a las nubes tu voz, para que te cubra muchedumbre de aguas? ¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al espíritu inteligencia? ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? el que disputa con Dios, responda a esto. Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Mas no volveré a hablar” (Job 38-40).Todos los insensatos tendrán que poner su mano sobre su boca; Dios y su Palabra son inmutables, eternos, veraces, exactos.
En estos días de computadoras electrónicas, y de instrumentos que con una exactitud increíble controlan cohetes y satélites, registran ondas, líneas y fotos enviados desde el espacio sideral.
Amigos, la Palabra de Dios es aun mas fina, más fiel, mas exacta dice en el Salmo 12:6, leemos: “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces.” El Salmo 18:30, nos dice: “Y acrisolada la Palabra de Jehová.”
Y la Palabra de Dios que es creadora eterna y actual, que es antigua pero no anticuada, también tiene su mensaje para nosotros, que nos ha tocado vivir en esta edad de progresos científicos. La Biblia, la Palabra de Dios, no se queda atrás, no queda rezagada ni se torna anticuada ante los logros de la ciencia, sino que siempre marcha a la cabeza. Cuando la ciencia de los hombres ha obtenido un nuevo logro, ya la Palabra de Dios por centurias, por milenios atrás, ya lo había pronosticado.
Milenios antes del hombre descubrir que la tierra era redonda, ya la Biblia se había referido al globo de la tierra (Isaías 40:22). Milenios antes de iniciarse la ciencia de la astronomía, y descubrirse los planetas y constelaciones, ya la Biblia había mencionado a las Pléyades, a Orión, a la Osa Mayor (Job 38:31, 32).
Milenios antes del descubrimiento de la electricidad, la Biblia había dicho: “El Altísimo… lanzó relámpagos, y los destruyó” (2 Samuel 22:14, 15).
Milenios antes de las temibles explosiones atómicas, ya la Biblia había dicho: “Porque las potencias de los cielos serán conmovidas” (Lucas 21:26), esto se refiere a la desintegración del átomo.
Milenios antes de la lluvia radioactiva, a acusa de las explosiones atómicas, ya la Biblia había declarado: “Terror, foso y red sobre ti, oh morador de la tierra… y temblarán los cimientos de la tierra” (Isaías 24:17, 18). El terror producido por las bombas atómicas, el foso son los abismales huecos que abren en la tierra las explosiones atómicas, y la red es la radioactividad de las mismas.
Milenios antes de los viajes a la luna ya Dios había dicho al hombre en las páginas de la Biblia: “Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová.” (Abdías 1:4).
La Biblia, la Palabra de Dios, se mantiene a la cabeza, es siempre actual, es la fuente de la verdadera sabiduría, es donde han bebido los más entendidos; mientras más se profundizan los científicos en las leyes físicas que gobiernan la vida y el universo; más se persuaden de la autenticidad, la veracidad, y la autoridad de la Palabra de Dios y de su autor, Dios como creador, legislador y dador de esas leyes que rigen al universo.
Es el insensato y el mediocre el que niega la autoridad de la Biblia y la existencia de Dios. “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmos 14:1).
Amigos, y esa Palabra de Dios que nunca ha fallado, nos anuncia que muy pronto el Señor regresará a la tierra, y nos ha dado las señales y condiciones que prevalecerán en el mundo para el tiempo de la Venida de Cristo (Mateo 24). Esta vez Él vendrá, como Rey de reyes y Señor de señores, a reinar con poder y gloria, y a darle el pago a los que no obedecieron al Evangelio (2 Tesalonicenses 1:8).
Decididamente vivimos en los en los días finales de esta edad, pero para que venga el fin hay una señal en los postreros días que nos toca a nosotros cumplir, y dice Cristo: “Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). Si la cumplimos fielmente seremos los más sabios y entendidos de esta edad, pues “el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30). “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Daniel 12:3).
Sí hermanos, según avanza la ciencia, avancemos con la evangelización del mundo.
Amigo, deposita toda tu confianza en Dios y Su Palabra. Arrepiéntete de tus pecados y acepta a Jesucristo como tu Señor y gran Salvador. Amén.
 

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